14 dic 2012

¡Llegó una carta! ¿para quién? Para la comunidad educativa

La labor educativa es de hidalgos. Con esta corta expresión quiero hacer un reconocimiento a todos mis colegas dedicados a la labor de la enseñanza y hacer una invitación a las diferentes comunidades educativas a que les demos el real valor a las personas que son los docentes. Si, personas, seres que sienten, eso es lo que son todos los maestros pero que fácilmente son olvidadas por quienes conjuntamente participan en esta empresa de la educación. Es necesario rescatar dentro de nuestra comunidad educativa la dignificación del maestro y esto es un trabajo de todos, directivos, padres de familia y estudiantes.

Se han escrito muchos poemas sobre el maestro, podría nombrar algunos como prueba de ello, pero esto lo dejo como "tarea para la próxima clase", el problema está en que estos bellos versos, tambien elaborados, se encuentran escritos en el papel mas no en el corazón, y es desde allí que hay que mirar al maestro, son puntos distintos, puntos de partida diferentes para salir al encuentro de Ítaca, lugar de destino de Odiseo, esa Ítaca es el lugar donde el maestro tiene guardados todos sus sueños, pero su Penélope es asediada por un sinnumero de pretendientes que quieren apropiarse de su única posesión; su "dignidad de maestro", su Penépole.

En la cotidianidad del maestro, de esa labor maravillosa de desplazarse por los corredores del plantel educativo; en esa su travesía, rumbo a las aulas de clase a entregarse  todo; con el único propósito de enseñar a vivir a sus alumnos, los vemos luchando contra "Polifemo" que quiere devorarlos y que con su solo ojo sigue sigilosamente sus pasos, pues se siente seguro por ser el hijo de Poseidón, la habilidad del maestro es puesta a prueba nuevamente y les vemos escapar de su gruta abrazados al vientre de sus ovejas y, al regreso, con su única recompensa la satisfacción personal queda su labor cumplida; pero Poseidon en su enojo hace mas difícil su travesía por el mar y su retorno al lugar de sus sueños, al encuentro con su Penélope. Es necesario salir al rescate de los sueños del maestro, de exaltar su labor, de darle el verdadero reconocimiento social y cultural del cual es digno, de dignificar su labor dentro de las aulas de clase, de verle como lo que es, un maestro. Pero esa disputa constante de Poseidón y Atenea lo único que ha dejado es un sistema educativo con muy pocos puntos de encuentro, quedando rezagados en las aulas de clase un sinnúmero de troyanos impotentes ante la lucha de estos dioses. Una nueva batalla la del maestro contra Calipso quien con sus amenazas tan sutiles  y promesas de inmortalidad pretende hacer desistir al maestro de sus sueños, de regresar a su Ítaca y arrebatarle su única posesión; su Penélope. No dejemos solo a Odiseo, al maestro, y permitámosle llagar a su isla natal pues el pondrá a prueba la lealtad de sus sirvientes, de toda una comunidad educativa que tiene el compromiso de loar la labor docente.